sábado, 27 de julio de 2019

Sexualidad

Vemos con preocupación las noticias crecientes de agresiones y de violencia sexual. 
Creo que una de las razones que puede haber detrás de esta espiral creciente es el consumo descontrolado de pornografía, sobre todo por parte de las personas jóvenes y en proceso de adquirir su madurez. 
La pornografia es una bomba de relojería, principalmente por dos razones:
En primer lugar, porque presenta una vivencia del sexo irreal, excesiva y deshumanizada. En segundo lugar, porque activa poderosamente el deseo sexual, y el deseo sexual sin control, domina a la persona y la conduce a realizar actos ajenos a su voluntad y que en realidad no quiere hacer. 
Vivido en armonía y bien integrado en la persona, el sexo es un regalo de Dios al ser humano. Nos regala la posibilidad de colaborar con Él en la creación de una persona y nos permite, sobre una relación afectiva estable, un nivel de comunicación afectiva profundo e íntimo.