jueves, 8 de diciembre de 2011

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"....cuando Tía Hu se hubo marchado, Tía Qin continuó: desde entonces, no ha vuelto a decir palabra; yo me he ocupado de ella durante todos estos años, alimentando su dolor como si fuera mío, pero ahora me doy cuenta de que me equivoqué al intentar guardar en nuestros corazones el mal que otros habían hecho." David Kidd, "Historias de Pekín" Libros del Asteroide

domingo, 4 de diciembre de 2011