De nuestro mirar depende nuestro actuar. Nuestro mirar siempre es parcial. Por eso nuestro actuar nunca es perfecto.
Al cambiar nuestro mirar, al hacerse más completo y verdadero, se modifica nuestro actuar sin esfuerzo.
Pensamientos en el camino, pensamientos al caminar, en el trabajo, en los paseos, al amanecer o al acostarme. Pensamientos en todo caso, personales, sin pretensiones universales. Un pequeño compartir desde mi subjetividad